Turbidez

acqua_tecnologia_biblioteca_turbidez

Turbidez

El aspecto del agua, al igual el sabor o el olor, es una de las características que los consumidores toman como referencia para valorar las garantías sanitarias del agua que reciben en sus hogares procedente de la red de suministro. Cualquier incidencia en este sentido puede ser un motivo de alarma entre la población abastecida, que podría interpretar que el agua no es segura a nivel sanitario.

Presencia en el agua

La apreciación de turbidez en el agua de bebida es causada por materia particulada o coloidal, como consecuencia de un tratamiento de potabilización inadecuado o por la resuspensión de partículas sedimentadas en la red de distribución. También puede provocar turbidez en el agua la precipitación de sales de hierro y/o manganeso si estos iones están presentes en ella en concentraciones importantes (más de 200 μg/l para el hierro y de 50 μg/l para el manganeso).

Legislación

La Organización Mundial de la Salud (OMS) asume que, en general, la apariencia del agua con una turbidez inferior a 5 unidades nefelométricas (NTU) es aceptable para los consumidores. Sin embargo, dado que muchos microorganismos se adsorben o aglomeran en las partículas en suspensión presentes en el agua, los agentes desinfectantes no siempre pueden acceder a ellos para destruirlos, de modo que la eficacia del proceso de desinfección pasa por conseguir un agua con la mínima turbidez posible. En este sentido, la OMS establece la necesidad de tratar el agua, antes 5 NTU.
Basándose en estos planteamientos, la legislación española sobre aguas de consumo humano (RD 140/2003) establece la necesidad de controlar la turbidez como parámetro indicador y mantiene una concentración máxima de 1 NTU a la salida de los procesos de tratamiento y depósitos y de 5 NTU en la red de distribución de agua potable.

Medidas correctoras y preventivas

Los sistemas de control de la calidad del agua potable establecidos por la legislación vigente incluyen mecanismos de detección y comunicación inmediata, a la autoridad sanitaria y a la población, de incidencias relativas a la turbidez en las aguas de cualquier abastecimiento. Así mismo, también incluyen mecanismos para la propuesta de ejecución
de acciones, entre ellas y en caso de ser necesario, los tratamientos y/o el uso de recursos alternativos del agua que permitan evitar cualquier riesgo para la salud. Estos sistemas pretenden prevenir en todo momento cualquier motivo de alarma injustificada en la población abastecida.